Tradúcete | 28 agosto 2018

Los anglicismos ¿molan?

Algunos campos profesionales, como el sector de la informática y de la publicidad están plagados de anglicismos: briefing, timing, branding, hosting, target… Pero ¿son necesarios estos vocablos adoptados o sencillamente suenan más modernos que su equivalente en español?

anglicismos

No es cuestión de generalizar ni de demonizar el uso de esos términos anglófonos, pero sí que nos parece interesante analizar cuántos de ellos podrían sustituirse fácilmente por una palabra más corriente y que todos, sean publicistas o no, sean informáticos o no, puedan comprender a qué nos referimos. Por ejemplo, si le ofrecemos a nuestros clientes un branding, tendremos que darle más explicaciones seguramente que si le ofrecemos una estrategia de creación o de renovación de marca, ¿no creéis? Es más probable que entienda que nos referimos a un nuevo logo, o nueva estrategia de imagen, etc.

¿Y si les decimos que vamos a comenzar con un briefing? ¿Un qué? Del inglés brief, que significa dar instrucciones o informar, no es una palabra que por sí misma pertenezca al ámbito del diseño ni del marketing. Podríamos hablar un de una sesión informativa o de un informe inicial para la preparación de una estrategia de publicidad o incluso en el ámbito de la creación de páginas web.

Es curioso también el uso de timing para referirnos sencillamente a un plazo: «Por favor, dime timing para esta traducción.» ¿Nos suena más moderno? ¿Acaso un timing va a ser más breve que un plazo? En este caso ni siquiera tenemos que utilizar más de una palabra en español. De verdad, no es que nos moleste en absoluto, os podemos dar con el mismo gusto y entusiasmo un timing que un plazo. (Dicho sea de paso, ¡te garantizamos que los cumpliremos a rajatabla!)

En informática tenemos todo un repertorio, obviamente. Si la cuna de la tecnología está en Silicon Valley, es lógico que muchos de los términos propios de este campo se trasladen tal cual a nuestro idioma o se queden como calcos, más o menos acertados (reporte en vez de informe, remover en vez de eliminar, soporte por ayuda o apoyo…). No obstante, en ocasiones sería posible (y hasta recomendable) sustituir esos anglicismos por palabras de nuestro idioma.

Algunos ejemplos:

target

  • Hosting. Un servicio de hosting, aunque está tan extendido que casi todos sabemos a lo que nos referimos, podría denominarse igualmente servicio de alojamiento web, que resulta más descriptivo.
  • Post. Un post no deja de ser un artículo o una entrada, por lo que este anglicismo podría ser prescindible. Si hablamos de un blog, al tratarse de algo de nueva creación, inexistente hasta hace unos años, no os sorprenderá saber que la RAE ya lo recoge como tal en su diccionario.
  • Target. No es raro oír a profesionales del mundo del diseño, de la publicidad, del marketing o de la informática hablar del target de tal o cual campaña o de tal o cual producto. Además, lo hemos oído con la «g» pronunciada a la inglesa y a la española, para más inri. Sería más conveniente hablar del público o cliente objetivo, ya que esta adopción no tiene mucho sentido.
  • Influencer. Es verdad que su traducción literal nos suena, no rara, rarísima: influenciador o influenciadora. Pero ¿qué os parece creadores de tendencia?
  • Packaging. ¿Quién no ha oído decir que el packaging del iPhone es estupendo? ¿O que el packaging de no sé qué producto deja mucho que desear? Estamos hablando del embalaje, que no es nada novedoso, o de la caja o del embolsado, dependiendo del tipo.

¿Será porque nos resultan más cortos? ¿Más modernos? ¿Más profesionales? ¿Por qué su uso está tan extendido cuando hay palabras en español que pueden expresar lo mismo más claramente?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *